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miércoles, 18 de agosto de 2010

Santidad en la actualidad: Demencia o realidad

 Les hablaré de un tema, que al parecer tiene gran importancia pero que queda relegado por muchos vanos factores, la santidad.
Días atrás pensando en el tema decidí hacer una mini- encuesta entre mis contactos del Messenger, ya que creo que personalmente no me contestarían lo que realmente piensan por vergüenza o como decimos ‘por roche’, les pregunte: ¿qué era la santidad? y ¿si querían ser santos?, recibí respuestas que a continuación las colocaré tal cuales, que me hicieron reflexionar:
- Bueno la santidad...es algo que se consigue...aaaa bueno mejor dicho es el titulo que da el vaticano a una persona que consideran buena y además que ha hecho milagros. Sí quisiera ser santo, aunque la veo difícil, pienso que los pasos para llegar a ello son: antes que nada ser un buen católico, aaaaya después haber hecho un milagro y que se pueda comprobar.
- La que????. Ah santidad. Mmmmmmmm no se supongo que es por lo que a los santos los vuelven santos jaja no tengo idea. Nah no quiero ser santa, no es lo mío además no podría. Por último que rico es pecar jajaja…
- Es un estado al que muy pocos llegan y para lograrlo deben llegar a una iluminación única y sentirse uno con Dios y sus designios. No quiero ni quisiera ser santo. Como diablo estoy bien.
- Que preguntas son esas. Aaaaaaaa. Esteeeeeee, soy ateo. Mejor hablame de algoritmia y programación pura. Pues no quiero ser santo gracias estoy bien como estoy.
- Jajaja… Es una broma no???. La santidad lo relaciono con Dios, es un paso a ser santos, si quiero ser santa pero posteriormente, buena idea ;). Creo que uno de los pasos para llegar a ello es no pecar. Seré la próxima santa de arequipa Jaja.
- Bueno la santidad es entregarse a dios de alguna manera .. cumplir sus mandamientos.. hacerlos respetar..es alguien capaz de seguir el camino de Dios .. algo así. De ser santa, de querer si pero es un camino muyyy difícil. Para lograrlo se necesita mucha vocación, tener una firme vocación y fe, confiar enteramente en dios.

A la santidad la asociamos casi siempre con perfección, pero ¿por qué la mayoría no anhela ser santo o piensa que hablar de ello es una broma?...Suena incoherente decir que es un estado fabuloso, etc. y decir por último no quiero llegar a ello, ni me interesa. Aún más, la mayoría ni siquiera conoce el verdadero significado de la santidad, y todo lo resumen en no pecar.
El bicho de la moda superficial ya está surgiendo efecto. Es a la conclusión a la que he llegado. La santidad la obviamos, la dejamos olvidada por ahí, por ser lo más fácil, además de esta manera puedo saciar apetitos carnales sin que nada me regule. Las personas de hoy solemos únicamente mirar a través de los ojos y pretender que la vida tan sólo se limita alo que rodea nuestra existencia y lo que nos afecta; tan solo fijamos nuestra atención a nuestro mundo por críticamente expresarlo así.
No entiendo, Dios nos dio la posibilidad de ser santos, y ¿es muy difícil conseguirlo?. Por el Bautismo todos somos llamados a la santidad y en la Iglesia recibimos las gracias necesarias que proceden de los méritos de Jesucristo. Todos, sin embargo, seamos sacerdotes, religiosos o laicos, debemos responder libremente a esas gracias para lograr la santidad.
El Santo Padre nos recuerda que la santidad es una propuesta válida para cada uno de los cristianos y citando a San Benito de Nursia nos dice que ésta consiste en no anteponer nada a Cristo.
"Sed santos en toda vuestra conducta como dice la Escritura: Seréis santos, porque santo soy yo" (1 Pedro 1,15 ) “Ustedes deben ser santos para conmigo, porque yo, el Señor, soy santo y los he distinguido de los demás pueblos para que sean míos” (Lev 20, 26).
Me he dado cuenta que el mundo, bueno las personas específicamente están dementes, o la demente soy yo. Como desperdiciar una capacidad que Dios te regaló, por el simple hecho de que estorba con mi carrera ovina que sigue una moda tan hueca, moda de hipocresía, les puedo asegurar que si les hago levantar la mano, existan muchas personas que tengan la inquietud de santidad, pero que por el hecho de no ser discriminadas, o ser parte del grupo se harán las disimuladas. Si realmente queremos ser aceptados, debemos de comenzar por nuestro interior, dándole el peso merecido a lo que sentimos y pensamos, y esto se logra mediante el autoconocimiento.
Pero, ¿Qué entendemos por santidad?. La santidad no es regida por una fórmula, o ley, o mejor dicho, se rige por todas. Destaca y junta todas las potencialidades, de las facultades más altas del hombre. “La santidad consiste en una disposición del corazón que nos hace humildes y pequeños en los brazos de Dios, y confiados aun con nuestro cuerpo en su bondad paternal"(Sta. Teresita de Lesieux )
Tenemos la idea de que los santos, siempre fueron santos, desde que nacieron Dios los eligió, creemos que los santos nunca en su vida pecaron. No es así!, Tú, yo, el señor de al lado, etc. podemos acceder a ella, sólo es cuestión de proponérnoslo. Para ser santo solo se necesita vivir intensamente la vida, tratando de descubrir la plenitud en los acontecimientos de la historia.
“En lugar de desanimarme, me he dicho a mí misma: Dios no puede inspirar deseos irrealizables; por lo tanto, a pesar de mi pequeñez, puedo aspirar a la santidad.” (Santa Teresita de Lisieux)
Para Cristo, la santidad no es una cuestión de ideas, ni de intenciones, ni de capillas, ni de ideologías, ni de ritos de pompa y circunstancia. La santidad es una cuestión de mayor valor: "Si quieres ser perfecto, vende tus bienes y dáselos a los pobres". "Tuve hambre y me diste de comer".
En la vida de los santos conocemos sus milagros, pero no sus pecados. Por ejemplo: San Agustín tuvo una concubina y vivió con ella más de cinco años y de esa relación nació un hijo que se llamó Adeodato.
Si comenzamos a leer la vida de los santos, nos daremos cuenta que Inicialmente fueron hombres muy pecadores pero luego se dieron cuenta de sus faltas y trabajaron con mucho empeño en remediarlas. Así que los que dicen no podría, están dando una excusa sin bases!!!. Todos podemos!!!!
¿Qué es lo que buscamos la mayoría de nosotros? ¿Qué es lo que deseamos? Especialmente en este mundo inquieto, todos tratan de conseguir lo más fácil que nos dé satisfacciones. Es importante, sin duda, averiguar qué es lo que intentamos buscar, qué es lo que intentamos descubrir. ¿No es así? Probablemente, queramos ser santos pero no nos ponemos las pilas, no sabemos como lograrlo, y si están bien nuestras acciones; no somos capaces de enfrentar esta realidad superficial, de mostrar lo que realmente sentimos, y pensamos.
La santidad se nos presenta como la meta y finalidad de nuestra vida, pero muchas veces es dejada de lado. “Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre Celestial” (Mt 5,48).
No es un lugar o un tiempo lo que nos hace santos ni lo que lo pudiera impedir. No se puede negar ni la libertad de las personas ni la posibilidad de la santidad que puede surgir en un mundo tan conflictivo, tal como un rosa emergiendo de mala hierba.
Puede que nuestro entorno se esté perdiendo día a día pero no por ello nosotros debemos formar parte de esa realidad.
“Se trata de la ley de la libertad, se trata de voluntades firmes iluminadas por la gracia de Dios, personas que han sido dóciles a los impulsos de la vida interior, pero que han puesto la parte que les correspondía en su propia historia de salvación” (Padre ROGELIO NARVAEZ MARTINEZ)
Dios nos da la capacidad, pero está en nosotros de desarrollarla.
La elección del rumbo que le demos a la vida está en nuestras manos. La vida no sólo es algo que se da día a día, por un determinado tiempo. Podemos elegir, de tal forma que nos lleve a un gran triunfo o a un fracaso, esta cualidad es nuestra grandeza o muchas veces una debilidad. A cada instante elegimos que dirección debemos tomar:.
Muchas veces buscamos la santidad donde no está y al no encontrarla nos desanimamos. Las cosas más importantes para ser santos no se compran con dinero y si para ser santos creemos que hay que dar a los mas necesitados lo que nos sobra, o querer ser santos para quedar bien con los demás estamos equivocados.

La santidad es como una resonancia profunda en todo nuestro ser, que experimenta el hombre cuando va realizando su vocación personal, está allí, tratando de llamar nuestra atención, pero muchas veces estamos sordos a su llamado, por la bulla del mundo, o por el alto volumen de nuestro discman.

Algo es cierto, si queremos llegar a ser santos, no debemos ser copias de santos pasados, se puede llegar a ser santos de diferentes maneras, dependiendo de nuestra vocación, siendo ésta, un llamado que se dirige a la profundidad del ser humano como tal, a lo hondo de sí mismo. La respuesta a ese llamado será la realización misma del ser como persona.
La vida del hombre se va haciendo plena, auténtica y feliz cuando el mismo va realizando su propio proyecto vital, va siendo lo que está llamado a ser.
Descubrir la vocación es, precisamente descubrir este proyecto, descubrir ese llamado esencial a realizarse como persona en las circunstancias reales en las que le ha tocado vivir.
Una persona se hace santa en la medida en que va respondiendo a Dios teniendo en cuenta ese llamado (vocación) profundo, que en el fondo se dirige a Dios.
Ahora si permanecer en Dios es el camino óptimo, ¿por qué ahora pareciera que fue el protagonista de un relato antiguo, que tan sólo se tiene un recuerdo vago de Él ?. Sí, es cierto que el mundo nos está cegando, pero nosotros como sonsos caemos en su juego. Aquí un ejemplo tangible: Ahora está de moda no ir a misa, y si vas eres un caído del catre y santurrón. Nuestra respuesta debería de ser: no por decirme lo dejaré de hacer!, creo que con eso taparíamos la boca a muchos, aunque nunca falta aquel individuo que te ‘meta floro’ y crea que con un millón de palabras de podrá convencer.

Por lo tanto, afirmo que la santidad delante de Dios exige una devoción íntegra a su Palabra y su voluntad, vale la pena que con regularidad hagamos un inventario de nuestra vida para ver en qué estamos fallando, ya que la santidad no es algo etéreo, no es algo irreal fuera de este mundo, la santidad se practica cada día de la vida, y las acciones de la vida cotidiana nos harán llegar al triunfo o al fracaso. Seamos conscientes que en este mundo todo lo físico, todo lo material se desvanece, lo que queda es nuestro espíritu, por ello, no nos quedemos en superficialidades, vayamos más allá de lo que todos ven, de lo fácil; sólo de esta manera podemos responder al llamado de Santidad que Dios nos hace a cada uno de nosotros.

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