Un poco sobre mí...

martes, 1 de diciembre de 2009

Felicidad (Charla Jóvenes - Aurea - 2004)


Les hablaré de un tema, que es muy importante en nuestras vidas, la felicidad. Todo el mundo la busca, todo el mundo fantasea con ella o cree que la tiene.
Ahora en este auditorio, cuantas personas son felices, puede ser que si les hago levantar la mano, hayan muchas personas deseosas de ser notadas como otras escondidas.

Pero, ¿Qué entendemos por felicidad?. Algunos dirán que la felicidad consiste en obtener todo lo que deseamos. Uno desea un carro, lo obtiene y es feliz. Deseamos cosas, el logro, el éxito; tener el enamorado más hermoso e ideal que yo sé que me ama y nunca me abandonará, tener dinero suficiente como para divertirme todos los fines incluso algunos días dentro de la semana, o simplemente puedo comprarme un par de trapos cada semana y lucirlos. Si es que se nos cruzó por la mente, analicemos lo superficial de nuestras respuestas, que loco no?. Así, lo que muchos llaman felicidad, es obtener lo que desean. Y muchas veces la felicidad depende de personas, de nuestros padres, amigos, patas de juerga, en mi caso por ejemplo no vivo con mi familia, pero eso no me da motivo para entrar en depresión.
Pues bien, de que todo lo anterior nos da cierta satisfacción es cierto, pero imagínense que el pata me deje por otra, que mis papás no me den un sol para ‘bebidas’, discos y trapos o engorde a tal punto que parezca un globo aerostático o que llegue una rubia más fashion que me saque de mi sueño de popularidad, se nos cae el mundo?, o sea ya no somos felices?, que fue de la felicidad?, son momentos gratos pero nos duran poco y en vez de darme una felicidad auténtica y paz duradera, siempre me dejan con la sensación: me falta algo, si no la han sentido, pues bajen un poco el volumen de la tele o del discman.
¿Qué es lo que buscamos la mayoría de nosotros? ¿Qué es lo que deseamos? Especialmente en este mundo inquieto, donde todos tratan de encontrar alguna clase de paz, de felicidad, un refugio. Es importante, sin duda, averiguar qué es lo que intentamos buscar, qué es lo que intentamos descubrir. ¿No es así? Probablemente, la mayoría de nosotros busca una cierta clase de felicidad, cierta clase de paz, un lugar quizás especial y mágico. En un mundo dominado por la confusión, las guerras, las disputas, las luchas, anhelamos un refugio donde pueda haber algo de paz. Creo que eso es lo que desea la mayoría de nosotros. Y así proseguimos la vida, colgando de un hilo nuestra felicidad.
Ahora bien, lo que buscamos, ¿es la felicidad, o buscamos alguna clase de satisfacción, comodidad o conformismo? Hay una diferencia entre felicidad y satisfacción. ¿Puede uno buscar la felicidad? Quizá pueda encontrar la satisfacción, pero es obvio que no podrá encontrar la felicidad. Por lo tanto, antes de entregar nuestras mentes y nuestros corazones a algo que exige una gran dosis de seriedad, atención, reflexión, cuidado, debemos descubrir, ¿no es así?, qué es lo que buscamos: si es felicidad o satisfacción y conformismo.

Muchas veces buscamos la felicidad donde no está y al no encontrarla nos desanimamos.
Las cosas más importantes para la felicidad no se compran con dinero y si para ser felices esperamos a tener algo de lo que carecemos o a encontrarnos en circunstancias más favorables, tal vez nunca la alcancemos.
Pero a pesar de darnos cuenta que no somos realmente felices, que hemos vivido engañados en una aparente felicidad y que por el contrario todas mis acciones solo me llevan a un polo opuesto, hay algo en mi interior que me dice, ¡Puede ser más feliz!, que no me puedo conformar con lo que he alcanzado ahora.
La felicidad es como la resonancia profunda en todo su ser, que experimenta el hombre cuando va realizando su vocación personal.
“Todo ser es feliz cuando cumple su destino, es decir, cuando sigue la pendiente de su inclinación, de su esencial necesidad, cuando se realiza, cuando está siendo lo que en verdad es”(Ortega y Gasset).
La palabra vocación viene del griego “vocare”, que significa “llamar”.
La vocación es un llamado que se dirige a la profundidad del ser humano como tal, a lo hondo de sí mismo. La respuesta a ese llamado será la realización misma del ser como persona.
La vida del hombre se va haciendo plena, auténtica y feliz cuando el mismo va realizando su propio proyecto vital, va siendo lo que está llamado a ser.
Descubrir la vocación es, precisamente descubrir este proyecto, descubrir ese llamado esencial a realizarse como persona en las circunstancias reales en las que le ha tocado vivir.
Una persona es feliz en la medida que va respondiendo a ese llamado ( vocación) profundo que Dios le hace al hombre desde el fondo de su ser para que se despliegue el proyecto o plan que tiene para él.
Nuestro deseo de felicidad, es en el fondo hambre de Dios.
Si anhelamos una felicidad infinita, queremos ser infinitamente felices ¿cómo se puede saciar?, una pregunta muy simple, se puede saciar con algo infinito. Y el único infinito es Dios.
Ahora si Él es el verdadero camino, ¿por qué ahora pareciera que fue el protagonista de un relato antiguo y allí no más?. Sí, es cierto que el mundo nos está cegando, pero nosotros como sonsos caemos en su juego. Ejemplo: Ahora está de moda no ir a misa, y si vas eres un caído del catre y santurrón. Nuestra respuesta debería de ser, ¿sólo por eso, analízate? ¿y? ¿qué más?, creo que con eso taparíamos la boca a muchos, aunque nunca falta el pata que te meta floro y crea que con un millón te palabras de podrá convencer (...)

No hay comentarios:

Entradas populares