Paria con raíces grítale al viento tu nombre,
domina toda laya, toma las riendas del albur,
desenvaina aquellos látigos sin pesadumbre,
despliega tus alas, intimida desde lo alto.
Mantén tu mirada serena y tu temple artero,
con los pies situados perfectamente en tus estribos,
acoraza viejas penas en un escudo ligero
sorteando desgastados estereotipos.
Sé tan tú como nadie más puede serlo, siente, ríe, sueña,
cual ninfa doblegando ufanos adversarios,
porque un diablo de verdad no tienta a una diabla
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