Ayer, puedo decir que, alcancé un nirvana de frustración, he tocado fondo con sólo una conversación, evidenciando una falta de pensamiento y apertura de corazón.
Dios fue muy bueno conmigo y siempre puso gente en mi camino con fe que no excluye de su vida a la Razón; es más, ahora mismo, es tan bueno, que no me dejó sola, fundió mi camino al de un ser ejemplar con un lazo delicado de Amor y Verdad.Estuve pensando, reflexionando y rezando antes de dormir con desesperación, como aquel niño que llora en busca de consuelo del Padre, pidiendo por la gente nueva que me rodea, por aquellos que no sólo han cerrado su corazón a la Verdad, sino que además de ello han cerrado su mente a la Razón, por su experiencia de vida se han cegado con una notable venda de ojos, minimizándose a pequeños seres, no pensantes, casi-ovejas, que repiten lo que alguien alguna vez les dijo, siguiendo indicaciones sin razón.
Tal vez mis palabras son duras, pero fue la mejor forma de plasmar la indignación que llevo por dentro.Y desde lo ocurrido ayer, entendí muchas cosas de varios ámbitos, como el político. Los resultados de las elecciones, no son más que una alarma que nos indica que la gente alejada fue olvidada. Ahora entiendo como gente puede votar por Keiko en una primera vuelta, se unen a ella por un kilo de arroz o menestras que algún día su padre le regaló.
"Si le das un pez, le das comida por un día, pero si le enseñas a pescar, le ayudas a comer por el resto de su vida."
Tengo que afirmar con tristeza, como testigo presencial, que en la religión sucede lo mismo, gente que nos hace daño yendo contra la Verdad, desviándonos del origen, ofrece un poco de nada a muchas personas y éstas caen, ensombreciendo su mente y corazón. Y concluyo que, el misterio es el sinsentido en su esplendor.Yo, por mi lado, seguiré rezando, dicen que la oración mueve montañas, en estos momentos sólo la cruz es mi arma de acción.
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