
Los sucesos que acontecieron en mi vida en estos últimos días ( y órale que son muchos pero no entraré en detalles ), hicieron que reflexione sobre el papel que cumplió la mujer en el pasado, pero sobretodo en nuestro presente; como es que vivimos equilibrando nuestros diferentes aspectos sin morir en el intento.
Me sorprende revisar bibliografía del pasado, de mujeres inmersas en sociedades de culturas adaptadas al machismo de la época, donde tenían como funciones: ser una esclava del hogar, asumiendo, de forma literal, ser la costilla de su amado, acompañándolo, obedeciendo sus órdenes sin poder gritar al mundo sus ideas, sin tener voz en su medio, sin poder transmitir sus pensamientos y sentimientos, sin tener derecho al voto, sin poder ingresar a lugares reservados; y lo que me sorprende más es que muchas se sentían felices con su labor y su posición.
No menosprecio la vocación de servicio, por el contrario yo misma la experimento, por mi familia y por mis seres queridos me desprendo y salgo de mí misma, para poder contentarlos con alguna acción, sin pesar en el trabajo o sacrificio que implique; sin llegar a ser esclava, como diría una amiga "tampoco, tampoco".

Hoy día, vemos claros ejemplos de mujeres admirables, que no por estar inmersas en una sociedad competitiva han perdido su identidad femenina, que con su elegancia y belleza, siguen encantando corazones y amansando situaciones.

Pero sin embargo, esto ahora parece no ser parte de nuestra esencia. Hoy en día, se registra una gran cantidad de mujeres que han decidido ser solteras, viviendo solas, y de mujeres, que a comparación del pasado, deciden ser madres a muy avanzada edad.

Yo considero que todos estos roles se pueden entrelazar, sin mermar nuestra esencia femenina en nuestro medio. Estar inmersas en este mundo, implica refomular nuestros paradigmas, nuestra presencia social, sin cercenar nuestro lado femenino, sino que por el contrario, sean el sostén y el impulso de nuestra identidad, respetando y valorizando el concepto de mujer :).
Hoy en día, escucho muchas veces afirmar que hombre y mujer, son iguales. Yo diría que estamos en condiciones de igualdad, y que a pesar de esto somos totalmente diferentes, y en la diferencia se fundamenta la riqueza de interactuar día a día, ambos sexos.
Concluiría diciendo que ser mujer, pertenece a la experiencia íntima y única en cada una. Cada mujer, desde su interior, desde su perspectiva y desde su vivencia pueden darnos una idea grandiosa del ser mujer. Somos diferentes al otro sexo, pero también entre nosotras, aunque muchos hombres afirmen lo contrario. Tenemos ahora voz y voto, pero sepamos usar esa elección, para reafirmarnos en nuestra identidad, de proyectarnos al futuro, más allá de encajonarnos en roles y paradigmas, de empaparnos y de aportar al mundo, y básicamente de querernos y respetarnos tal y como somos.
"Tú tienes dentro tuyo todo lo que necesitas para superar los desafios de la vida". (Brian Tracy)